A casi tres años de la muerte de su hija, Romina Yan, vuelve a la TV con “Aliados”, un proyecto con el que “empecé a renacer”, dice. En una charla íntima, habla de su dolor, de sus nietos, de su esperanza. Una nota desde el alma.
Nadie, seguramente, es el mismo después de una muerte cercana. Y más, cuando esa muerte es más propia que ajena. En ella, su todo ha cambiado tanto que se sincera con una frase de inequívoco destino de título. Al menos en esta nota, que no es una más en su vida. Cris Morena habla después de casi tres años de silencio y confiesa que “nunca tuve a Romina más viva en mí que desde que se fue”. En estos casos, mejor hacer un punto y aparte.
Continúa...
Nadie, seguramente, es el mismo después de una muerte cercana. Y más, cuando esa muerte es más propia que ajena. En ella, su todo ha cambiado tanto que se sincera con una frase de inequívoco destino de título. Al menos en esta nota, que no es una más en su vida. Cris Morena habla después de casi tres años de silencio y confiesa que “nunca tuve a Romina más viva en mí que desde que se fue”. En estos casos, mejor hacer un punto y aparte.
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Desde que “se fue” su hija, Romina Yan -el 28 de septiembre de 2010, con 35 años-, de su madre trascendió que se retiraba del trabajo, que seguía como podía, se dijo poco porque ella se cuidó mucho. Y un día, en medio de su duelo, decidió volver. Y otro día, hace unos días, decidió contarlo. Y eligió, como cálido espacio para la charla, uno de los decorados de Aliados -el unitario que el 10 de junio estrenará Telefe-, pero no cualquiera: prefirió el vivero, ése al que en varias reuniones le buscaron nombres, hasta que, descartadas 200 opciones, descubrieron que el asunto estaba en la misma palabra. Y convirtieron la ‘r’ en mayúsculas.
Se lee, entonces, en ese encantador espacio vidriado, más digno de una arquitectura real que de una escenografía, un ‘Vive... Ro’ que encierra -o abre- todo un mensaje. Hay aroma a tributo. Tanto, que la huerta que armó a un costado remite a la cama que Yan usó en Chiquititas. Ficción y cruda realidad se combinan permanentemente en este proyecto que marca su vuelta a la TV.
De hecho, reconoce que es la primera vez que sus personajes llevarán los nombres de sus nietos: Franco, Valentín y Azul -los tres de Romina- e Inti, hijo de Tomás Yankelevich, director de contenidos globales de Telefe. “Es un gran homenaje”, dice entre café, emociones, silencios necesarios y toda su corporalidad puesta al servicio de lo que va sintiendo.
¿Cómo tenés el alma con todo esto?
El alma va atravesando como puede, unas veces mejor, otras no tanto y seguiré en ese camino hasta la eternidad. Las canciones me ayudan mucho, ahí se pueden decodificar muchas cosas. Y estar con jóvenes y chicos te da una sensación de aire fresco muy especial.
Bueno, eso lo tuviste siempre.
Forma parte de mi personalidad, sí, pero tengo mis zonas oscuras y estos dos últimos años las tuve más que nunca, de mucha tristeza. Por eso también la frase que anida en este proyecto es ‘Amame cuando menos lo merezco ya que es cuando más lo necesito’ . Tenía necesidad de sentir amor en momentos en los que estaba totalmente confundida y aturdida. Me parece que ésa es la base de esto: buscar esos aliados y esas señales y volver a sentir. Digamos que empecé a renacer. ¿Y sabés qué? Creo que la vida es maravillosa.
¿A pesar de lo que pasó?
Sí, a pesar de todo. Creo que tiene una trama increíble. Y me parece que la muerte también es un paso que puede llegar a ser maravilloso. En el momento en que sucede es desgarrador, inexplicable, insoportable. Somos seres humanos físicos y con una estructura muy básica, entonces no tener entre manos lo que amamos nos resulta muy complejo, pero, como te dije antes, Ro está permanentemente conmigo. El vínculo de ahora es levantarme con ella y dormirme con ella. Y trabajar con ella.
¿Y cuando estaba?
No tanto, era otra cosa. Era un vínculo humano. Pero desde ese día, mis entrañas ya están un poco allá, donde esté. Y donde sea que esté, creo que está muy feliz.
¿Tenías postura en relación a la muerte antes de esto?
Nunca le tuve miedo a la muerte ni jamás la pensé. Soy una persona vital, por eso siempre preferí hablar de la vida. Pero cuando te sucede, cuesta. Te deja en el aire y empezás a ver cómo atravesás lo que te falta y a tratar de encontrar situaciones que te acerquen a la vida. Esto me acerca a la vida, mis nietos me acercan a la vida.
¿Tuviste que aggiornarte a los niños de ahora? ¿Sigue corriendo lo del cuentito a la noche?
Sí, pero mis cuentitos son distintos. Tengo un libro de cuentos muy especial, que habla de las estrellas, del cielo, y de árboles donde dejás colgando los problemas. Son libros de meditación que ayudan a que los más chiquitos duerman tranquilos.
¿Y sirven?
¿Cómo? Sueñan cosas bonitas. Eso me pasa con Azul, que acaba de cumplir 7. Hablo mucho con ella de cosas muy interesantes, de los planos de la existencia…
¿Hablan de la mamá?
Sí, muchísimo, pero siempre buscado por ella. Me arreglo con mis herramientas y me sumo a las que me da mi propia nieta, como cuando me habla del ‘corazón rojo ’ o del ‘corazón negro’.
Franco, el de 13, a veces me sale con preguntas que me descolocan y no siempre tengo respuestas. Yo aprendo mucho de mis nietos.
¿Te acordás de vos a los 7?
Me acuerdo de mí muy chiquita, muy soñadora y con mucha lectura. Me encerraban en un lugar lleno de libros porque no quería dormir la siesta y eso me abrió la cabeza. Y los 7 de Azul la tienen muy despierta. Para ella el ‘ corazón rojo’ es un corazón abierto, puro, con alegría, con amor y el negro es triste, gris, oscuro. Es su referencia de lo que uno puede ser en la vida. El otro día le pregunté de qué color era el mío y me dijo “ay, rojo, abuela”.
¿Sus hermanos también van por esa línea?
No, Franco salió para el lado del arte, estudia comedia musical, quiere ser actor. Y Valentín es muy deportista.
Abuela de pelo largo lacio, de rasgos juveniles, de pena instalada, de orgullo por su gente. “La otra abuela también es maravillosa. Por suerte tenemos una familia muy contenedora, somos buenos aliados ”, juega Cris con el título del programa, cuya semilla “apareció con una canción a fin de 2011. Iba manejando, sentí la necesidad de escribir algo que tenía que ver con la alegría. Siempre ando con un cuadernito a mano. Y a partir de esa canción, un montón de canciones, que hablaban de la luz, de la vida... Ese material se fue transformando en la posibilidad de hacer teatro. Y de pronto surgió Aliados.
Antes de mostrar generosamente todas las escenografías del unitario -que tienen el sello Morena, de suma calidad-, cuenta que durante el proceso “pasé por todos los estados. Viajé a Guadalajara y visité un lugar que se llama Foco tonal, donde un señor construyó una especie de castillo, y en el centro armó un espacio en el que te parás en el medio y empezás a sentir unos sonidos muy particulares. Tiene siete columnas de distintos colores y yo había leído mucho sobre los colores, sobre el 7 y pensé en armar un grupo de siete jóvenes. Para mí, todas eran señales. Y quise generar algo que tuviera que ver con lo que me estaba pasando. Me entusiasmé, después me volví a caer a pedazos durante varios meses. Luego sí arranqué con una acción directa. Y se armó este cuento con siete seres de luz.
¿Qué es un ser de luz?
Es alguien que tiene un nivel de conciencia tan elevado que logra sentir amor por todo y por todos de una manera genuina. Y es diferente, porque el ser humano cree que amar es estar enamorado de otro o tenerlo y que no se te vaya, juegan los egoísmos, el ego, los celos.
¿Vos conoces a alguno?
Yo conozco a algunas personas que tienen mucha luz.
¿Vos?
Yo no, yo estoy lejos. Sinceramente, estoy en un aprendizaje forzado por ser un buen ser.
¿Cómo es ser la madre del jefe (Tomás Yankelevich)?
Me cuida mucho y tengo una admiración enorme por él, como por Romina. Es un proyecto que nos salió muy bien a Gustavo (Yankelevich, su ex marido) y a mí. Nuestros dos hijos fueron increíbles. Son increíbles.
¿El verbo en presente lo usás a conciencia?
Sí. Sé que Ro no está físicamente, pero está. Siempre son y serán mis dos hijos.
La hora de los seres de luz
“7 jóvenes, tan poderosos como marginales, tan atractivos como perdidos, tan revolucionarios como violentos, tan aislados como comunicados serán habitados y asistidos por 7 ‘Enviados de luz’ que se convertirán en sus Aliados”.
Así reza, en la gacetilla de prensa, el alma del programa. Juntos, ellos “tendrán la misión de despertarse para despertar al mundo, sin perderse en el camino”.
Según la producción de Aliados, “ésta es la última historia de amor incondicional entre el universo y la tierra”. Una trama que, al decir de su creadora, “es absolutamente verosímil”.
Protagonizado por Peter Lanzani, Pablo Martínez, Michel Noher, Oriana Sabatini -la hija de Catherina Fulop- y Nicolás Francella (hijo de Guillermo), entre otros jóvenes, el programa se propone “mostrar el alcance de los seres de luz sobre los personajes oscuros. Se plantean luchas muy interesantes”.
Pensado como un unitario que irá los lunes a las 21, por Telefe, Aliados también tendrá su desembarco en Internet, con episodios de 7 minutos que irán de martes a domingo: el primer capítulo sólo saldrá por TV y, desde el martes 11, empezarán en la web los segmentos del capítulo siguiente, que se verá completo (con 7 minutos más, inéditos) la semana siguiente en televisión. Y, desde el 11, llegará a 18 países de Latinoamérica, por FOX.
La herencia de un dibujo de Romina Yan, que ilumina el logo del programa de su madre
Confesión de Cris: "Yo no sabía que Ro pintaba cosas muy avanzadas. Su psicóloga, cuando pasó todo, me regaló un montón de cosas de ella, entre las que estaba este dibujo, que parece un corazón blanco, pero son dos seres unidos. Un día elegí el título y sentí que en esas cosas suyas estaba el logo. Fue muy fuerte".
Por Silvina Lamazares
Fuente: Clarín.
Se lee, entonces, en ese encantador espacio vidriado, más digno de una arquitectura real que de una escenografía, un ‘Vive... Ro’ que encierra -o abre- todo un mensaje. Hay aroma a tributo. Tanto, que la huerta que armó a un costado remite a la cama que Yan usó en Chiquititas. Ficción y cruda realidad se combinan permanentemente en este proyecto que marca su vuelta a la TV.
De hecho, reconoce que es la primera vez que sus personajes llevarán los nombres de sus nietos: Franco, Valentín y Azul -los tres de Romina- e Inti, hijo de Tomás Yankelevich, director de contenidos globales de Telefe. “Es un gran homenaje”, dice entre café, emociones, silencios necesarios y toda su corporalidad puesta al servicio de lo que va sintiendo.
¿Cómo tenés el alma con todo esto?
El alma va atravesando como puede, unas veces mejor, otras no tanto y seguiré en ese camino hasta la eternidad. Las canciones me ayudan mucho, ahí se pueden decodificar muchas cosas. Y estar con jóvenes y chicos te da una sensación de aire fresco muy especial.
Bueno, eso lo tuviste siempre.
Forma parte de mi personalidad, sí, pero tengo mis zonas oscuras y estos dos últimos años las tuve más que nunca, de mucha tristeza. Por eso también la frase que anida en este proyecto es ‘Amame cuando menos lo merezco ya que es cuando más lo necesito’ . Tenía necesidad de sentir amor en momentos en los que estaba totalmente confundida y aturdida. Me parece que ésa es la base de esto: buscar esos aliados y esas señales y volver a sentir. Digamos que empecé a renacer. ¿Y sabés qué? Creo que la vida es maravillosa.
¿A pesar de lo que pasó?
Sí, a pesar de todo. Creo que tiene una trama increíble. Y me parece que la muerte también es un paso que puede llegar a ser maravilloso. En el momento en que sucede es desgarrador, inexplicable, insoportable. Somos seres humanos físicos y con una estructura muy básica, entonces no tener entre manos lo que amamos nos resulta muy complejo, pero, como te dije antes, Ro está permanentemente conmigo. El vínculo de ahora es levantarme con ella y dormirme con ella. Y trabajar con ella.
¿Y cuando estaba?
No tanto, era otra cosa. Era un vínculo humano. Pero desde ese día, mis entrañas ya están un poco allá, donde esté. Y donde sea que esté, creo que está muy feliz.
¿Tenías postura en relación a la muerte antes de esto?
Nunca le tuve miedo a la muerte ni jamás la pensé. Soy una persona vital, por eso siempre preferí hablar de la vida. Pero cuando te sucede, cuesta. Te deja en el aire y empezás a ver cómo atravesás lo que te falta y a tratar de encontrar situaciones que te acerquen a la vida. Esto me acerca a la vida, mis nietos me acercan a la vida.
¿Tuviste que aggiornarte a los niños de ahora? ¿Sigue corriendo lo del cuentito a la noche?
Sí, pero mis cuentitos son distintos. Tengo un libro de cuentos muy especial, que habla de las estrellas, del cielo, y de árboles donde dejás colgando los problemas. Son libros de meditación que ayudan a que los más chiquitos duerman tranquilos.
¿Y sirven?
¿Cómo? Sueñan cosas bonitas. Eso me pasa con Azul, que acaba de cumplir 7. Hablo mucho con ella de cosas muy interesantes, de los planos de la existencia…
¿Hablan de la mamá?
Sí, muchísimo, pero siempre buscado por ella. Me arreglo con mis herramientas y me sumo a las que me da mi propia nieta, como cuando me habla del ‘corazón rojo ’ o del ‘corazón negro’.
Franco, el de 13, a veces me sale con preguntas que me descolocan y no siempre tengo respuestas. Yo aprendo mucho de mis nietos.
¿Te acordás de vos a los 7?
Me acuerdo de mí muy chiquita, muy soñadora y con mucha lectura. Me encerraban en un lugar lleno de libros porque no quería dormir la siesta y eso me abrió la cabeza. Y los 7 de Azul la tienen muy despierta. Para ella el ‘ corazón rojo’ es un corazón abierto, puro, con alegría, con amor y el negro es triste, gris, oscuro. Es su referencia de lo que uno puede ser en la vida. El otro día le pregunté de qué color era el mío y me dijo “ay, rojo, abuela”.
¿Sus hermanos también van por esa línea?
No, Franco salió para el lado del arte, estudia comedia musical, quiere ser actor. Y Valentín es muy deportista.
Abuela de pelo largo lacio, de rasgos juveniles, de pena instalada, de orgullo por su gente. “La otra abuela también es maravillosa. Por suerte tenemos una familia muy contenedora, somos buenos aliados ”, juega Cris con el título del programa, cuya semilla “apareció con una canción a fin de 2011. Iba manejando, sentí la necesidad de escribir algo que tenía que ver con la alegría. Siempre ando con un cuadernito a mano. Y a partir de esa canción, un montón de canciones, que hablaban de la luz, de la vida... Ese material se fue transformando en la posibilidad de hacer teatro. Y de pronto surgió Aliados.
Antes de mostrar generosamente todas las escenografías del unitario -que tienen el sello Morena, de suma calidad-, cuenta que durante el proceso “pasé por todos los estados. Viajé a Guadalajara y visité un lugar que se llama Foco tonal, donde un señor construyó una especie de castillo, y en el centro armó un espacio en el que te parás en el medio y empezás a sentir unos sonidos muy particulares. Tiene siete columnas de distintos colores y yo había leído mucho sobre los colores, sobre el 7 y pensé en armar un grupo de siete jóvenes. Para mí, todas eran señales. Y quise generar algo que tuviera que ver con lo que me estaba pasando. Me entusiasmé, después me volví a caer a pedazos durante varios meses. Luego sí arranqué con una acción directa. Y se armó este cuento con siete seres de luz.
¿Qué es un ser de luz?
Es alguien que tiene un nivel de conciencia tan elevado que logra sentir amor por todo y por todos de una manera genuina. Y es diferente, porque el ser humano cree que amar es estar enamorado de otro o tenerlo y que no se te vaya, juegan los egoísmos, el ego, los celos.
¿Vos conoces a alguno?
Yo conozco a algunas personas que tienen mucha luz.
¿Vos?
Yo no, yo estoy lejos. Sinceramente, estoy en un aprendizaje forzado por ser un buen ser.
¿Cómo es ser la madre del jefe (Tomás Yankelevich)?
Me cuida mucho y tengo una admiración enorme por él, como por Romina. Es un proyecto que nos salió muy bien a Gustavo (Yankelevich, su ex marido) y a mí. Nuestros dos hijos fueron increíbles. Son increíbles.
¿El verbo en presente lo usás a conciencia?
Sí. Sé que Ro no está físicamente, pero está. Siempre son y serán mis dos hijos.
La hora de los seres de luz
“7 jóvenes, tan poderosos como marginales, tan atractivos como perdidos, tan revolucionarios como violentos, tan aislados como comunicados serán habitados y asistidos por 7 ‘Enviados de luz’ que se convertirán en sus Aliados”.
Así reza, en la gacetilla de prensa, el alma del programa. Juntos, ellos “tendrán la misión de despertarse para despertar al mundo, sin perderse en el camino”.
Según la producción de Aliados, “ésta es la última historia de amor incondicional entre el universo y la tierra”. Una trama que, al decir de su creadora, “es absolutamente verosímil”.
Protagonizado por Peter Lanzani, Pablo Martínez, Michel Noher, Oriana Sabatini -la hija de Catherina Fulop- y Nicolás Francella (hijo de Guillermo), entre otros jóvenes, el programa se propone “mostrar el alcance de los seres de luz sobre los personajes oscuros. Se plantean luchas muy interesantes”.
Pensado como un unitario que irá los lunes a las 21, por Telefe, Aliados también tendrá su desembarco en Internet, con episodios de 7 minutos que irán de martes a domingo: el primer capítulo sólo saldrá por TV y, desde el martes 11, empezarán en la web los segmentos del capítulo siguiente, que se verá completo (con 7 minutos más, inéditos) la semana siguiente en televisión. Y, desde el 11, llegará a 18 países de Latinoamérica, por FOX.
La herencia de un dibujo de Romina Yan, que ilumina el logo del programa de su madre
Confesión de Cris: "Yo no sabía que Ro pintaba cosas muy avanzadas. Su psicóloga, cuando pasó todo, me regaló un montón de cosas de ella, entre las que estaba este dibujo, que parece un corazón blanco, pero son dos seres unidos. Un día elegí el título y sentí que en esas cosas suyas estaba el logo. Fue muy fuerte".
Por Silvina Lamazares
Fuente: Clarín.
No tengo palabras, siento que cris es una amiga más, pero no cualquier amiga, una que puede ser madre, tía, abuela, hermana, pilar y guía... Tiene tanta luz, y tanta energía, pero tiene los pies en la tierra, y sabe qué hacer con lo que tiene para dar... No es sólo una productora o la cabeza de todo un equipo, es líder y consejera, y eso se nota, es indiscutible.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo en cada palabra que expresaste y agrego algo más.. Cris cree con su alma y con su cuerpo en cada historia que nos cuenta, solo hay que tener el corazón y la mente abierta para recibir esa Fe! Saludos
ResponderEliminarHoy justo pensaba que allá, por el 2002, Cris nos decía que libertad es elegir con cuál herida vale la pena vivir, y que si siento es porque estoy viva... Nada más actual que eso. Tantos mensajes, tantas señales, tantas luecitas para un mensaje mucho más grande y profundo que sólamente comprarle la historia y el producto. No entiendo cómo mucha gente no entiende cuál es la misión de cris, y que menosprecien su laburo...
ResponderEliminarTampoco entiendo cómo Cris todavía no se halla animado a escribir un libro, en el formato que sea, pero escrito por su propio puño y letra... Igual esto último es un devaneo mío nomás XD
saludos!