Candela Vetrano en Revista El Guardián: Una diosa que quiere ser naif

Se formó en la factoría Cris Morena y, a contramano de sus colegas, no muere por hacer novelas o ganar fama con noviazgos mediáticos. Su fanatismo por Natalia Oreiro y cómo hizo para convertirse en una ídola infantil.

Las chicas que egresan de factorías teen televisadas suelen devenir en mujeronas fatales. Luisana Lopilato, Marcela Kloosterboer, Celeste Cid, María Eugenia "China" Suárez, Rochi Igarzábal, todas niñas reconvertidas en bombas sexies, todas surgidas de la candidez de los programas infantiles, todas famosas por sus noviazgos y/o amoríos. Candela Vetrano no. Con 20 años, la chica nacida en Lomas de Zamora transitó por todos los estamentos del niño exitoso que curte tevé desde pequeño. Y sigue pareciendo una nena. Quizás su encarnación de Poli Truper, la heroína de SuperTorpe, contribuya a esta imagen de eterna niña que da. Y mal no le va: protagonizará la Tercera Temporada de este programa para niños producido por Disney Channel y por RGB.

Continúa...

Camisa sin mangas color naranja flúo, pulsera al tono, aros multicolores enormes, pañuelo atado a la muñeca, uñas fucsias, plataformas turquesas y una sonrisa enorme que le atraviesa toda la cara. La chica, además de multicolor, es un tanto tímida. A diferencia de sus antecesoras, mantiene un bajo perfil personal. A saber: Lopilato y su exportación de belleza made in Bublé; Cid y sus amores rockeros; "China" Suárez y su relación trunca con Nacho Viale para florecer luego en un romance renacido con el latin lover Cabré, Kloosterboer y su derrotero del corazón. Vetrano, en cambio, está de novia desde hace dos años con "alguien que no es del medio, entonces no es necesario decir su nombre".

(No tan) Agrandadita

A los siete años, Candela participó de esa creación fantástica que fue Agrandadytos, conducido por Dady Brieva. Cuatro años más tarde –tenía apenas 11– trabajó en Rincón de Luz, y allí comenzó una carrera ascendente que no se detuvo hasta hoy, siempre de la mano de esa descubridora de talentos a mansalva que ¿fue? Cris Morena. Trabajó en Floricienta, en Chiquititas y tuvo un papel fundamental en Casi Ángeles, donde interpretó a la levemente concheta Tefi. Gracias al programa formó parte de los Teen Angels, la banda musical que emergió de la ficción y con la que recorrió el país y el mundo al mejor estilo beatlemanía.

Y aquí radica una de las diferencias fundamentales con sus compañeros de trabajo y de camada actoral. Mientras que los chicos y chicas surgidos del planeta Cris Morena abandonaron el mundo infantil y saltaron a la pantalla para grandes en versión hot, Candela Vetrano eligió permanecer en el universo de los más chiquitos.

El tiempo pasó para los Casi Ángeles. "China" Suárez trabaja en Los Únicos, "Tacho" Riera bailó con Tinelli y ahora está en Dulce Amor al igual que Rochi Igarzábal, Peter Lanzani es uno de los nietos de Mirtha Legrand en La Dueña, Lali Espósito está grabando una película junto a Mariano Martínez y Gastón Dalmau viajó a Nueva York para profundizar sus estudios. Dicho está, público adulto.

Candela, en cambio, priorizó el contacto con los más chicos. Y un protagónico, que a los 21 años no es poco. Su personaje de Poli, esa adolescente superpoderosa y –como su nombre lo indica– súper torpe con su don, caló hondo en las preferencias de los benjamines, tanto que ella misma se sorprende. "Los nenes son muy puros, son distintos al público de Teen Angels. Mis compañeros de la tira muchas veces tenían que sacarse a las fans de encima, literalmente. En cambio, los que miran SuperTorpe muchas veces no pueden creer que me están viendo. Es como muy mágico para ellos y soy yo quien se acerca en esos casos para saludarlos a ellos. Se quedan duros".

Consciente de lo que genera, la chica no se vuelve loca ante el fanatismo ajeno. Es joven, pero lleva recorriendo pasillos de canales y productoras desde que tenía siete años. Más de la mitad de su vida.

En esa época ella idolatraba a Reina Reech. No se perdía ni un programa de Reina en Colores; quería bailar y cantar. Y lo logró. "Cuando era chica mis papás me llevaban todas las mañanas desde Banfield a Martínez y después se iban a trabajar. Hicieron un sacrificio grande por mí y eso se los voy a agradecer siempre", se emociona, y revela que se mudó sola al barrio de Palermo con el fin de evitar el tedio del tránsito y las distancias. "Pero voy seguido a la casa de mis papás para oxigenarme. Paso tiempo con mis hermanas, que son más chicas y mellizas. También trato de compartir tiempo con mis amigos del colegio, porque el tiempo va pasando y si uno no busca verse las relaciones se apagan".

Eso sí: lo que destaca en relación con su vida de niña/adolescente actriz es que nunca resignó nada de su vida cotidiana. Amigos, escuela, actividades. Llevó una vida normal. "No me llevé ni una materia en la escuela", se jacta con inocencia y cierra con una típica: "Fui de viaje de egresados, hice todo lo que tenía que hacer".

Oreirófila

Amante de las manualidades, Candela Vetrano, pinta, saca fotos, diseña collares y sueña con tener su propia marca de ropa. Cuando se le consulta quién es su referente, a quién le gustaría parecerse, contesta sin dudar: "Natalia Oreiro". Es que la actriz uruguaya, flamante mamá de Merlín Atahualpa, resume el ideal de toda una generación: linda, emprendedora, ecléctica, cool, creativa. Una auténtica chica del 2000.

Candela Vetrano, al igual que tantas otras, ve con buenos ojos la carrera de su colega. La elección de la esposa de Ricardo Mollo como referente tampoco es casual. Una niña que adoraba a Reech y sus comedias musicales y que logró convertirse en heroína cantante y danzante; una joven actriz que respeta a Oreiro y es aficionada a la fotografía y al diseño de indumentaria. Es bastante coherente. En esa misma senda, muchas chicas "sub 10" ven en Candela una meta a alcanzar.

A largo plazo pretende llenar todos los casilleros mencionados, pero en el día a día tiene un trabajo concreto, que es su Tercera Temporada como Poli Truper.

Con ese rol tiene satisfacción y exposición garantizadas. Por ese motivo desechó ofertas para participar de otras ficciones. Es que el trabajo de heroína no deja lugar a otras ocupaciones rentadas, pero le permite soñar.

El anhelo más urgente de Candela Vetrano es hacer cine. "Me encantaría explorar esa posibilidad. Es un terreno que desconozco pero que me apasiona", dice ella.

Es joven. Apenas pasó los 20 años. Con casi 15 de trayectoria televisiva, aquella chica que con voz aguda, la seguridad de una adulta y muchos mohínes le confesó a Dady que llevaba un noviazgo de seis años cuando apenas había cumplido los siete es la misma que hizo delirar a adolescentes de Latinoamérica y que hoy deslumbra a los niños más chiquitos, que siguen quedándose estupefactos cuando ella se acerca a saludarlos.

Por Mauro Fulco / Fotos: Leandro Sánchez
Fuente: El Guardián.