Teatro · Sueños que se hacen realidad
La historia de cómo Candela Vetrano llegó a ocupar el lugar que ocupa hoy en los afectos de sus fanáticos adolescentes.
"Él no gusta de mí", lamentaba Candela Vetrano hace 13 años frente a Dady Brieva. La niña había sido elegida entre cientos de pequeños para acompañar al cómico en Agrandadytos. Aún guarda muchos de esos rasgos y gestos y cierta inocencia cuando habla fuera del personaje que la convirtió en una ídola de los más pequeños, con Supertorpe (Telefe). En la tira interpreta a Poli Truper, una heroína que combina la fortaleza para salvar al mundo del mal y la debilidad de sufrir por amor, mientras suspira por el chico más popular del colegio, a cargo de Pablo Martínez.
Continúa...
La historia de cómo Candela Vetrano llegó a ocupar el lugar que ocupa hoy en los afectos de sus fanáticos adolescentes.
"Él no gusta de mí", lamentaba Candela Vetrano hace 13 años frente a Dady Brieva. La niña había sido elegida entre cientos de pequeños para acompañar al cómico en Agrandadytos. Aún guarda muchos de esos rasgos y gestos y cierta inocencia cuando habla fuera del personaje que la convirtió en una ídola de los más pequeños, con Supertorpe (Telefe). En la tira interpreta a Poli Truper, una heroína que combina la fortaleza para salvar al mundo del mal y la debilidad de sufrir por amor, mientras suspira por el chico más popular del colegio, a cargo de Pablo Martínez.
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Supertorpe también tiene su versión teatral, que el Viernes se despide del Opera, para emprender una gira por el país durante el verano. Antes de elongar y de comer una medialuna con jamón, antes de calzarse el arnés para volar por los aires, antes de ponerse el traje de la heroína Super T, ese mameluco multicolor, Candela Vetrano se peina. Primero raya al medio, después dos colitas y luego un rodete sobre aquellos mechones. "Quise ponerle al personaje algo de lo que a mí me gusta, y le aporté mi amor por los apliques y accesorios de todo tipo y de todos los colores para el pelo", dice hoy la actriz de 20 años.
Después de cuatro temporadas con Casi Ángeles, donde interpretaba a Tefi, una adorable snob con voz afectada, Vetrano se presentó al casting de una nueva ficción destinada a un público infantil. No se estaba alejando demasiado del universo de Cris Morena, ya que el hijo de la realizadora, Tomás Yankelevich, estaba al frente de este proyecto que hoy es una realidad. "Lloré de emoción cuando me dijeron que había quedado porque me gusta actuar desde siempre. Desde mi vida pasada. Lo traigo de otro mundo", asegura. Durante un año entero Vetrano tomó clases de canto para poder estar a tono con el disco que acompaña la historia y talleres de acrobacia y vuelo ("Germán Cabanas me enseñó. Al principio me dolía todo el cuerpo, aún me duele, pero me gusta tanto que me tiraría hasta del Obelisco") para calzarse un protagónico de una gran exigencia física, en Supertorpe.
"Disfruto lo máximo que puedo este momento. Es muy raro que me vuelva a pasar tener que interpretar a un personaje tan completo. Salvo que trabaje en un circo. Además me enloquecen las canciones. Cuando canto 'Tantas Cosas' soy feliz", afirma.
A Vetrano los niños por la calle le gritan Poli: "Me encanta la inocencia que tienen. Se me quedan mirando fijo". La actriz se compara con su criatura. "Las dos somos muy perseverantes. No soy tan torpe, salvo para la cocina, pero sí soy muy colgada. Me he quedado dormida en un boliche. Me quedo dormida en el taxi. Lo juro", asegura.
Una nena precoz
"Tengo una vida normal. Siempre busqué no perderla. Soy muy tímida y a veces me siento observada. Cuando voy al boliche, a mí, que me encanta la música, en vez de saltar como me gustaría, me quedo más tranquila, tratando de no llamar la atención", asegura. Pero siempre fue el centro de atención de su casa y de su familia. "Cuando era chica, sentaba a mis hermanitas gemelas, que me llevan cinco años, y eran mi séquito. Me disfrazaba, me maquillaba. Bailaba los temas de Chiquititas y de Reina Reech." Una de sus canciones preferidas era "Cachita", de Ricardo Montaner. Así que armó su propia coreografía y les pidió a sus papás que la llevaran al casting de Estrellita Por Un Día (Utilísima). No fue elegida, pero no se desanimó, porque ingresó al staff de niños que acompañaban a Dady Brieva en Agrandadytos: "Era un conejo, con la misma dentadura que ahora, pero con la cara de una nena. Tenía 7 años y le dije a Dady que estaba de novia desde hacía 6 años. ¡Imagínate! Toda mi vida de novia. Esas son las cosas que me gustan de los chicos. Su inocencia", festeja.
Hasta que su deseo se convirtió en realidad. Su mamá la llevó al teatro a ver Chiquititas como regalo de cumpleaños y Candela pudo subir al escenario con el elenco, con esos mismos chicos con los que luego trabajaría. Su carisma llamó la atención de Cris Morena y de su equipo y poco tiempo después integraba el elenco de su programa preferido, en la temporada de Chiquititas, protagonizada por Jorgelina Aruzzi.
Esos fueron años de un gran esfuerzo. Desde Banfield hasta los estudios de Martínez, todos los días ida y vuelta, implicaban para Vetrano un total de 4 horas de viaje: "Y además iba al colegio. Nunca me llevé ninguna materia. Pero más que mis pilas, destaco las de mis papás, que eran los que me llevaban y traían. Por eso comparto todo lo que me pasa con mi mamá. Ella me ve sobre el escenario y piensa «Es toda mía». A mí me encanta. Siempre le voy a estar agradecidos a los dos por haberme bancado. Es más, creo que mis hermanas también van en camino a seguir esta profesión", confiesa.
Hoy, a los 20 años, vive sola. "Recién hace tres años me enteré cuánto ganaba. Mis papás nunca me dijeron. Para mí fue un gran crecimiento. Desde aprender a cocinar, porque todo lo que hacía me salía feo, aunque ahora soy una experta en croquetas de arroz, hasta organizarme en todo sola, porque mamá siempre me ayudaba en todo."
"En el colegio, en todos lados, traté de ser una más y de no quemar etapas. De disfrutar y de poder tener una vida normal, pero eso no depende tanto de uno mismo, sino del otro, de cómo te vean. Por suerte, creo que nunca me tomaron como a alguien diferente a ellos. Era como los demás, con mis complejos y todo", explica Vetrano hablando sobre sí misma, aunque bien podría estar hablando Poli, sobre sus poderes secretos.
Después de cuatro temporadas con Casi Ángeles, donde interpretaba a Tefi, una adorable snob con voz afectada, Vetrano se presentó al casting de una nueva ficción destinada a un público infantil. No se estaba alejando demasiado del universo de Cris Morena, ya que el hijo de la realizadora, Tomás Yankelevich, estaba al frente de este proyecto que hoy es una realidad. "Lloré de emoción cuando me dijeron que había quedado porque me gusta actuar desde siempre. Desde mi vida pasada. Lo traigo de otro mundo", asegura. Durante un año entero Vetrano tomó clases de canto para poder estar a tono con el disco que acompaña la historia y talleres de acrobacia y vuelo ("Germán Cabanas me enseñó. Al principio me dolía todo el cuerpo, aún me duele, pero me gusta tanto que me tiraría hasta del Obelisco") para calzarse un protagónico de una gran exigencia física, en Supertorpe.
"Disfruto lo máximo que puedo este momento. Es muy raro que me vuelva a pasar tener que interpretar a un personaje tan completo. Salvo que trabaje en un circo. Además me enloquecen las canciones. Cuando canto 'Tantas Cosas' soy feliz", afirma.
A Vetrano los niños por la calle le gritan Poli: "Me encanta la inocencia que tienen. Se me quedan mirando fijo". La actriz se compara con su criatura. "Las dos somos muy perseverantes. No soy tan torpe, salvo para la cocina, pero sí soy muy colgada. Me he quedado dormida en un boliche. Me quedo dormida en el taxi. Lo juro", asegura.
Una nena precoz
"Tengo una vida normal. Siempre busqué no perderla. Soy muy tímida y a veces me siento observada. Cuando voy al boliche, a mí, que me encanta la música, en vez de saltar como me gustaría, me quedo más tranquila, tratando de no llamar la atención", asegura. Pero siempre fue el centro de atención de su casa y de su familia. "Cuando era chica, sentaba a mis hermanitas gemelas, que me llevan cinco años, y eran mi séquito. Me disfrazaba, me maquillaba. Bailaba los temas de Chiquititas y de Reina Reech." Una de sus canciones preferidas era "Cachita", de Ricardo Montaner. Así que armó su propia coreografía y les pidió a sus papás que la llevaran al casting de Estrellita Por Un Día (Utilísima). No fue elegida, pero no se desanimó, porque ingresó al staff de niños que acompañaban a Dady Brieva en Agrandadytos: "Era un conejo, con la misma dentadura que ahora, pero con la cara de una nena. Tenía 7 años y le dije a Dady que estaba de novia desde hacía 6 años. ¡Imagínate! Toda mi vida de novia. Esas son las cosas que me gustan de los chicos. Su inocencia", festeja.
Hasta que su deseo se convirtió en realidad. Su mamá la llevó al teatro a ver Chiquititas como regalo de cumpleaños y Candela pudo subir al escenario con el elenco, con esos mismos chicos con los que luego trabajaría. Su carisma llamó la atención de Cris Morena y de su equipo y poco tiempo después integraba el elenco de su programa preferido, en la temporada de Chiquititas, protagonizada por Jorgelina Aruzzi.
Esos fueron años de un gran esfuerzo. Desde Banfield hasta los estudios de Martínez, todos los días ida y vuelta, implicaban para Vetrano un total de 4 horas de viaje: "Y además iba al colegio. Nunca me llevé ninguna materia. Pero más que mis pilas, destaco las de mis papás, que eran los que me llevaban y traían. Por eso comparto todo lo que me pasa con mi mamá. Ella me ve sobre el escenario y piensa «Es toda mía». A mí me encanta. Siempre le voy a estar agradecidos a los dos por haberme bancado. Es más, creo que mis hermanas también van en camino a seguir esta profesión", confiesa.
Hoy, a los 20 años, vive sola. "Recién hace tres años me enteré cuánto ganaba. Mis papás nunca me dijeron. Para mí fue un gran crecimiento. Desde aprender a cocinar, porque todo lo que hacía me salía feo, aunque ahora soy una experta en croquetas de arroz, hasta organizarme en todo sola, porque mamá siempre me ayudaba en todo."
"En el colegio, en todos lados, traté de ser una más y de no quemar etapas. De disfrutar y de poder tener una vida normal, pero eso no depende tanto de uno mismo, sino del otro, de cómo te vean. Por suerte, creo que nunca me tomaron como a alguien diferente a ellos. Era como los demás, con mis complejos y todo", explica Vetrano hablando sobre sí misma, aunque bien podría estar hablando Poli, sobre sus poderes secretos.
La versión teatral de un éxito de la televisión
Supertorpe llegó al teatro con un espectáculo dinámico, escrito por Tomás Yankelevich, que los fanáticos agradecen porque, a modo de precuela, Poli narra el principio de esta historia: "Cuando Chin no era tan buena, Filo no era tan inteligente y yo no rompía paredes".
El público infantil acompaña a Poli, con su antifaz de color amarillo (en la puerta se vende por $10) y también con los gritos y ovaciones cada vez que su ídola vuela por los aires del teatro y hace piruetas. El carisma de Vetrano es enorme e interactúa con el público con una gran fluidez y gracia.
En la versión teatral participa el elenco adolescente de la ficción, Pablo Martínez (Félix), Olivia Viggiano (Mía), Chen Min (Chin) y Facundo Parolari (Filo), en una puesta que ideó la dupla ganadora del Hugo de Oro por Avenida Q, Natalia del Castillo y Santiago "Tato" Fernández.
Pero hay un ingrediente que llama la atención, en especial de los adultos, quienes advierten dónde están y no los hilos de los arneses. La destreza del ensamble masculino, con sus múltiples saltos mortales (hacia el frente y de espaldas también) y decenas de distintos tipos de piruetas, nada tiene que envidiarle a los más internacionales acróbatas del Cirque du Soleil. Ricky Arroyo, Marcos Carelli, Astom, Maximiliano y Lucas Morales Bravo, Esteban Toppi y Matías Pedemonte son los virtuosos. También se luce en escena, incluso más que en TV, la plasticidad de Chen Min.
Supertorpe se narra a modo de musical. Hay un hilo conductor y en cada giro de la trama aparece un tema que es acompañado con las coreografías de Yanina Bolognese. Los chicos se acercan a sus personajes favoritos; los adultos disfrutan de una moderna puesta que cuenta también como atractivo con una sincronía de pantallas móviles propia de los recitales extranjeros.
El público infantil acompaña a Poli, con su antifaz de color amarillo (en la puerta se vende por $10) y también con los gritos y ovaciones cada vez que su ídola vuela por los aires del teatro y hace piruetas. El carisma de Vetrano es enorme e interactúa con el público con una gran fluidez y gracia.
En la versión teatral participa el elenco adolescente de la ficción, Pablo Martínez (Félix), Olivia Viggiano (Mía), Chen Min (Chin) y Facundo Parolari (Filo), en una puesta que ideó la dupla ganadora del Hugo de Oro por Avenida Q, Natalia del Castillo y Santiago "Tato" Fernández.
Pero hay un ingrediente que llama la atención, en especial de los adultos, quienes advierten dónde están y no los hilos de los arneses. La destreza del ensamble masculino, con sus múltiples saltos mortales (hacia el frente y de espaldas también) y decenas de distintos tipos de piruetas, nada tiene que envidiarle a los más internacionales acróbatas del Cirque du Soleil. Ricky Arroyo, Marcos Carelli, Astom, Maximiliano y Lucas Morales Bravo, Esteban Toppi y Matías Pedemonte son los virtuosos. También se luce en escena, incluso más que en TV, la plasticidad de Chen Min.
Supertorpe se narra a modo de musical. Hay un hilo conductor y en cada giro de la trama aparece un tema que es acompañado con las coreografías de Yanina Bolognese. Los chicos se acercan a sus personajes favoritos; los adultos disfrutan de una moderna puesta que cuenta también como atractivo con una sincronía de pantallas móviles propia de los recitales extranjeros.
Por Laura Ventura
Fuente: La Nación
Fuente: La Nación
primera!!
ResponderEliminaraguante cande vertrano!!
genial
ResponderEliminarvamos cande bente a peru hacer unas de tus funciones
ResponderEliminargenial la nota cande IDOLAAA
ResponderEliminarMe encanta Cande!
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