Franca: es simple, cuando los chicos está unidos y cantan, y cuando Cielo y Nico se aman se activa el portal, y cuando se activa el portal todo cambia, todo se transforma. Cuando el portal se activa una energía muy poderosa se libera y todo y todos cambian. Los sentimientos nobles, las cosas luminosas de la vida, todo aumenta, todo se retroalimenta, el amor brilla, la amistad se hace más fuerte, la risa más sincera, la felicidad se vuelve real, las almas de todos se vuelven más brillantes
Luca: había una vez una rana que vivía a orillas de un río, que ayudaba a otros animales e insectos a cruzar el río. Un día se le acercó un escorpión y le pidió que lo cruzara a la otra orilla, la rana le dijo que ni loca, sabía que apenas lo cargara en su lomo, el escorpión la mataría, pero el escorpión le dijo que no la picaría porque si la mataba se ahogarían los dos, a la rana le pareció lógico y como era una rana muy buena, lo cargó en su lomo y empezó a cruzar. La rana lo llevó, pero en el medio del río el escorpión la picó. La rana no podía ser de otra manera, por eso lo ayudó, ella no era desconfiada, siempre le ganaba su naturaleza. En eso la rana y el escorpión eran iguales, ninguno podía cambiar su verdadera naturaleza, la rana era buena y el escorpión traicionero.
Como el escorpión, nadie escapa a su propia naturaleza; la naturaleza es como un río, nunca cambia su curso ni se puede nadar contra la corriente. Así que mejor dejarlo fluir y que la corriente nos lleve.
Luca: había una vez una rana que vivía a orillas de un río, que ayudaba a otros animales e insectos a cruzar el río. Un día se le acercó un escorpión y le pidió que lo cruzara a la otra orilla, la rana le dijo que ni loca, sabía que apenas lo cargara en su lomo, el escorpión la mataría, pero el escorpión le dijo que no la picaría porque si la mataba se ahogarían los dos, a la rana le pareció lógico y como era una rana muy buena, lo cargó en su lomo y empezó a cruzar. La rana lo llevó, pero en el medio del río el escorpión la picó. La rana no podía ser de otra manera, por eso lo ayudó, ella no era desconfiada, siempre le ganaba su naturaleza. En eso la rana y el escorpión eran iguales, ninguno podía cambiar su verdadera naturaleza, la rana era buena y el escorpión traicionero.
Como el escorpión, nadie escapa a su propia naturaleza; la naturaleza es como un río, nunca cambia su curso ni se puede nadar contra la corriente. Así que mejor dejarlo fluir y que la corriente nos lleve.
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