Casi Angeles
La intimidad del fenómeno que la rompe en la tele y el teatro
La intimidad del fenómeno que la rompe en la tele y el teatro
La tira que protagonizan Emilia Attias y Nicolás Vázquez lidera el rating adolescente de la tarde, con un promedio de casi 14 puntos. Teen Angels, su grupo de música, vendió más de 130 mil discos. Y desde que estrenaron en el Gran Rex el 28 de junio, los aplauden unas 20 mil personas por fin de semana. Lo que no se ve de un éxito multimediático.
El tour empieza en el Obelisco. El tránsito se torna pesado, imposible, y los autos se detienen en doble o triple fila. Las veredas corren la misma o peor suerte. Los peatones se mueven como hordas, pero con espíritu de fiesta. Esto sucede todos los fines de semana cuando promedia el mediodía. La mítica avenida Corrientes, acostumbrada a las tardes de teatro, aloja a decenas de mercaderes que se cansan de vender fotos, vinchas, disfraces, remeras, banderas, y todo lo que uno pueda imaginar de este nuevo suceso. Puertas adentro del Gran Rex, también.“Cada vez tengo que traer más cosas. Todo esto sale como pan caliente”, dice una joven, con el merchandising autorizado desplegado en su bandeja. Se trata del fenómeno Casi ángeles. Un suceso que los sábados y domingos repite: “Entradas agotadas”.
Todas las presentaciones que se anunciaron en cartelera (todavía no están disponibles las que corresponden a las vacaciones de invierno) están vendidas. Un total de 3.262 por función, lo que suma unas 20 mil almas por fin de semana, y por mes, más de 80 mil.
Pero hay más números... La tira televisiva encabezada por Emilia Attias (21) y Nicolás Vázquez (31) es una idea de Cris Morena, que se emite de lunes a viernes a las 18 por Telefe. Este año el programa lidera el rating teen de la tarde con un promedio de 13.9 puntos. El grupo de música que participa en la emisión, Teen Angels, vendió más de 130 mil discos. Sus cinco integrantes son Juan Pedro Lanzani (17), o Thiago en la serie; Nicolás Riera (22) como Tacho; Gastón Dalmau (24), Rama; Mariana Espósito (16), Marianella; y María Eugenia Suárez (16) como Jazmín. “¡Es de película más que de teatro! Jamás imaginamos que el público iba a responder de esta manera, con tanto fervor y fanatismo”, asegura Tacho en su camarín, mientras se prepara para la segunda función del sábado.
La música se escucha todo el tiempo. Si no es por los parlantes de los pasillos, alguno de los chicos aparece cantando, o en el caso de Lali –Marianella– no para un segundo de saltar o hacer algún paso de baile. Así son los protagonistas puertas adentro. Del otro lado, mientras el público espera para ingresar, sucede lo mismo. La gran mayoría, chicas de entre 10 y 16 años, aunque puede verse gente de todas las edades, no deja de gritar. Los carteles para sus ídolos se multiplican cuando una cámara de fotos enciende sus flashes. Las leyendas giran sobre la misma idea: “Rama, te amo”, “Tacho, estás más bueno que el cuarto de libra”, “Thiago, sos un mito”. Los fans llegan de todas partes y sueñan, al menos, con sacarse una foto con alguno de ellos. “¡Por favor, dejáme subir a los camarines un minuto! Vine con mi hija desde Uruguay para verlos y se nos va el Buquebus”, dice una de las miles de madres que vieron el espectáculo. Cuando se la consulta no se achica en responder: “Esto no tiene nada que envidiarles a los musicales de Broadway; es muy completo”.
Más números que ilustran el fenómeno: 107 cambios de ropa, 30 personas arriba del escenario entre actores, malabaristas, bailarines, skaters, patinadores y hasta bicicletas que saltan de un lado al otro. Un avión gigante que atraviesa toda la puesta escenográfica. Unos 120 asistentes y productores trabajan para que todo sea perfecto.
“La gente no deja de sorprendernos. Llegan de todas partes para ver el show y se vuelven locos. Un día, por ejemplo, estaba navegando en la compu de mi tío y me puse a leer los mails. ¿Podés creer que me escribieron dos chicas de Ucrania? Me decían que me querían conocer y que eran fanáticas del programa. Uno no tiene idea desde qué parte del mundo te están viendo; es muy raro eso”, cuenta Mariana Espósito rodeada de las cartas que le mandaron los fans. Pedro Lanzani, su pareja en la tira, la interrumpe y cuenta: “En Israel también se ve el programa y se vive una locura muy parecida a la de acá. El año pasado, cuando estábamos de gira, descubrí que existía un helado con mi cara y la de Lali. Eso en Argentina no se consigue”.
No queda una sola entrada en el Gran Rex. Y todavía no salieron a la venta las funciones de las vacaciones de invierno. En el shopping Unicenter se inauguró hace unos cuatro meses un Fans Store (con ropa, accesorios y todo cuanto uno pueda imaginar), otro éxito. Después del Gran Rex habrá una gira por todo nuestro país. Sin embargo, los chicos no le temen al trabajo. Gastón Dalmau toma la posta y habla por todos cuando dice que “uno de los momentos más lindos del día es cuando volvés a tu casa. Me voy a dormir y pienso en lo que estamos viviendo. Es uno de los cansancios más lindos, que te llena de orgullo por lo que hacés”.
Sala llena (foto 1) Así actúan durante las seis funciones que hacen cada fin de semana en la calle Corrientes. Los fans aplauden, cantan y hasta lloran desde sus butacas.
Los Angeles del Rex Trabajan más de 30 personas, entre actores, malabaristas, bailarines y skaters. Y otras 120 detrás de escena coordinan que el espectáculo salga perfecto. Los vestuaristas realizan 107 cambios de ropa. Los fans, felices, sobre todo cuando logran una foto con Emilia Attias (Cielo), la gran protagonista.
Camarines Entre función y función, la troupe toma el té, se maquilla, juega al metegol... Y algunos hasta duermen. Emilia Attias y Nicolás Vázquez, las estrellas del show, tienen su camarín propio, repleto de cartas y peluches que les mandan los fans.
Fuente: Revista Gente
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